Como parte de la Muralla del Atlántico en Dinamarca, la localidad de Hirtshals fue dotada por los nazis con un importante complejo de más de 50 búnkeres (incluyendo los del tipo Tobruk, que eran para 1 ó 2 soldados), refugios antiaéreos y una estación de radar. El complejo siguió en uso por el ejército danés transcurrida la Segunda Guerra Mundial, para posteriormente pasar a considerarse monumento englobados bajo el museo de la ciudad.
Los búnkeres nazis en la playa de Kryle fueron construidos durante la Segunda Guerra Mundial, como parte de la Muralla del Atlántico. Aunque el complejo fue solicitado por las autoridades militares nazis, fue el gobierno danés quién pagó por los trabajos.
Durante la Segunda Guerra Mundial y como parte de las defensas del Muro del Atlántico, la pequeña localidad de Dinamarca Løkken se vio inundada de búnkeres de hormigón, que salpican la playa en la que cada día se entierran más.