La Gran mezquita de Damasco, también conocida como la mezquita de los Omeyas, es una de las mezquitas más grandes y antiguas del mundo, su construcción comenzó en el año 706 y terminó en 715. Está ubicada en el casco antiguo de la ciudad de Damasco y es de una gran importancia arquitectónica.
La mezquita guarda un sepulcro que dice contener la cabeza de San Juan Bautista, uno de los pocos profetas comunes de cristianos y musulmanes. Supuestamente la cabeza fue encontrada durante las excavaciones llevadas a cabo para la construcción de la mezquita. El sepulcro está adornado con unos llamativos cristales verdosos. La mezquita también es famosa por albergar la tumba de Saladino, gran Sultán de Siria y Egipto y uno de los grandes gobernantes del mundo islámico, que luchó contra los reyes Ricardo I de Inglaterra y Felipe II de Francia durante las cruzadas, que se encuentra en un jardín adjunto a la pared norte de la mezquita.
El emplazamiento donde hoy se levanta la mezquita era un templo dedicado a Hadad de la época aramea. La presencia aramea está atestiguada por el descubrimiento de un megalito de basalto que representa una esfinge, excavada en la esquina noreste de la mezquita. Posteriormente el lugar fue un templo dedicado a Júpiter durante la época romana y por último una iglesia católica dedicada de San Juan Bautista durante la época bizantina.
Inicialmente, la conquista musulmana de Damasco en el año 636 no afectó a la iglesia, ya que el edificio era compartido por los fieles musulmanes y católicos. Continuó siendo una iglesia aunque los musulmanes construyeron una estructura de ladrillo contra la pared sur, en la que rezarían. Durante el califato Omeya de Walid I se derribó la iglesia y entre los años 706 y 715 se construyó la mezquita actual en su lugar. De acuerdo con la leyenda, Walid en persona inició la demolición con una pica dorada que utilizó contra la iglesia. En aquella época, Damasco era una de las ciudades más importantes de Oriente medio y se convertiría posteriormente en la capital del califato Omeya.
La construcción de la mezquita está basada en la casa del profeta de Medina, que tenía muchas funciones: era un lugar para el rezo personal y colectivo, la educación religiosa, reuniones políticas, administración de justicia y ayuda a los enfermos y sin casa. El califato Omeya pidió ayuda al emperador del Imperio Bizantino y éste le ofreció 200 trabajadores cualificados para decorar la mezquita, como evidencia del estilo bizantino del edificio. Posteriormente éste estilo también se plasmó en la mezquita de Córdoba, España.

La nueva mezquita fue la más impresionante de todas en su época, y sus paredes interiores estaban cubiertas con preciosos mosaicos que se consideraba representaban el paraíso. El edificio se considera una de las maravillas del mundo, entre otras cosas porque fue de los más grandes de su época. Las paredes exteriores estaban basadas en las paredes del templo de Júpiter y miden unos 100 por 157.5 metros. Los minaretes también fueron una novedad introducida en ésta mezquita.
El salón de rezo consiste en tres naves, soportadas por columnas de orden corintio. Fue la primera mezquita en tener esta forma y así, los visitantes podían ver el mihrab, la alcoba que indicaba la dirección hacia La Meca (la alquibla) más fácilmente.
El interior de la mezquita es una reminiscencia de la Cúpula de la Roca de Jerusalén. Contiene un gran número de mosaicos y patrones geométricos. Es por elo que la mezquita tuvo el mayor mosaico de oro del mundo, de unos 4.000 m². En 1893 un fuego dañó seriamente la mezquita y se perdieron muchos de los mosaicos, aunque algunos se han restaurado desde entonces.
Existe una entrada especial para turistas donde las mujeres deben alquilar una túnica marrón para vestirla.
Parte de la información ha sido obtenida de la Wikipedia [inglés].
Fotos sobre la Gran mezquita de Damasco en las etiquetas de flickr.
Fotos sobre la Gran mezquita de Damasco en el mapa de flickr.
Fotos sobre la Gran mezquita de Damasco en Panoramio.
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