Las torres de Winkel, o Winkeltürme en alemán, eran refugios antiaéreos que el III Reich usó durante la Segunda Guerra Mundial para proteger población e incluso artillería. Algunas podían albergar hasta 600 personas. No obstante también se previó su uso en tiempos de paz como almacenes o depósitos de agua.
Su nombre se debe al ingeniero/arquitecto alemán Leo Winkel quién tras obtener la patente el 18 de septiembre de 1934 fundó una empresa para construirlas el 31 de diciembre de 1936.
El aspecto fálico se debe a que así rechazarían mejor un ataque aéreo, rebotando la bomba sobre la estructura y detonando en el suelo junto a ella, estando esta parte reforzada, por lo que se absorbería mejor la explosión.
Eran erigidas cerca de industrias y fábricas para proteger a sus trabajadores, siendo su altura entre 20 y 32 metros y sus muros tenían un grosor de entre 1 y 2 metros.