Este verano hablando de Irán con un amigo iraní que vive en Praga, y de cómo le estaba plantando cara a los Estados Unidos, éste me recomendó un documental cuyo nombre luego no pude recordar, aunque acabó enviándomelo en un mensaje. Yo defendía la postura de Irán contra el imperialismo estadounidense. Él, iraní de pasaporte, medio inglés medio estadounidense (mucha de su familia vive en los Estados Unidos) me criticaba la gran fachada de su país, sin llegar a entrar en el conflicto internacional actual.
En sus comentarios me pareció ver bastante afección por el sah, que según él declaró algo como: «si esto es lo que mi pueblo quiere, ellos creen que van a tener mejor vida con otro sistema, o debe ocurrir un milenio religioso, lo acepto tristemente y me voy porque amo a mi pueblo». También me comentaba cómo los radicales llegaron al poder, moviendo a las masas con mentiras sobre cómo mejorarían la vida de las personas en todos los aspectos (especialmente en el aspecto energético, ya que parece ser que la electricidad escaseaba).
Al final lo que ha tenido el pueblo iraní es un dictador tras otro, pero lo importante es que la gente se ha movilizado y aún con grandes dificultades está contando lo que pasa. El documental Cartas desde Irán merece la pena, aunque sólo hace referencia a hechos actuales.