Je. Eso me recuerda aquella vez que, un profesor particularmente estricto (y pelÃn capullo), el último dÃa de clase de su asignatura, dijo con una risita sarcástica: En el examen, que Dios reparta suerte, porque como reparta justicia...
No pude callarme la respuesta (menos mal que entre el murmullo de indignación general no se distinguió): Si Dios repartiera justicia, tú ya estarÃas muerto.
(Por cierto, creo que esa fue la primera interacción directa que tuve con el que hoy es mi Ki; estaba el pobre sentado a mi lado y me miró con cara de asombro).
No pude callarme la respuesta (menos mal que entre el murmullo de indignación general no se distinguió): Si Dios repartiera justicia, tú ya estarÃas muerto.
(Por cierto, creo que esa fue la primera interacción directa que tuve con el que hoy es mi Ki; estaba el pobre sentado a mi lado y me miró con cara de asombro).
Justicia, amigo Aloriel. Justicia indiscriminada.
Besos