La puerta de Tannhauser

Buenos días, queridos seres humanos. Esta tarde tendría que habermela pasado estudiando para mi examen del día 12, pero no ha sido posible. Hacia las 17:30 ha comenzado a llover en Ávila, y hacia las 18:00 ya nos hemos dado cuenta que iba a ser la riada de cada año, solo que ésta vez iba a inundar. Los vecinos de la zona norte de la ciudad nos hemos visto inundados por todo el agua que recogen nuestras calles, agua que viene de la zona este y recorre las calles curiosamente encauzada hasta el río Adaja. 
Los colectores no han dado para más, ni las tuberías tampoco, así que en nuestra zona los garajes se han inundado. Comprenderan sus mercedes que no haya tomado fotos del evento mientras sucedía, ya que la calle parecía un improvisado concurso de camisetas mojadas amateur y yo estaba ocupado en mis labores, de tal manera que las fotos que expongo son de más tarde, una vez sofocada la tormenta.

A eso de las 18:30 mi padre decide abrir el sumidero del garaje al grito:

¡Tenemos problemas!

Mi recomendación fue negativa, si la calle parece un río probablemente la presión de agua será mayor y en lugar de tragar agua la escupiría. Efectivamente, una pequeña fuente de aguas sucias apareció por el sumidero seguida de cierta hez, hez que por su cercanía podría ser de su Ilustrísimo Acebes.

A nosotros el agua nos ha llegado hasta unos 10 cm del garaje, hemos sido de los que más suerte han tenido ya que cuanto más abajo está una casa, más agua ha recibido. Hemos estado desde las 18:00 hasta las 20:00 sin parar de sacar agua con cubos, aunque las familias que viven en la esquina y en el siguiente lo han pasado fatal, el agua ha llegado hasta más de un metro de altura y no podían casi ni salir de casa. Una pena.

A esto de las 19:00 más o menos —no llevaba reloj así que lo digo a ojo— ha pasado su Ilustrísima con su séquito (securatas & policía) y se nos han quedado mirando, mejor que no haya bajado porque para bajarse y soltar algo tan inteligente como:

España se rompe.

pues mejor se queda en el coche.

Después de la tormenta cada uno ha estado limpiando lo suyo, luego lo de los demás —un barrio muy solidario— y mientras tanto veíamos cómo los típicos imbéciles iban en dirección prohibida ante nuestros gritos de «¡Gilipollas! ¿Dónde vas?» y es que en nuetra calle es algo casi habitual —que algún gilipollas vaya en dirección prohibida y a toda velocidad, no el llamar gilipollas a la gente—. Más tarde hemos tenido que tirar multitud de cosas, cajas, maderas, bolsas con cosas, las botas llenas de mierda (probablemente literal) y hasta arriba de agua... cada uno ha tenido sus pérdidas.

A última hora, sobre las 21:00, han llegado policía y bomberos, muy majos ellos, para hacer el parte y a ver los vídeos y fotos que se han grabado y tomado, haciéndonos la promesa firme de redactar una dura declaración, porque ellos mismos han dicho que daba pena, aunque nos han comentado que otros barrios de Ávila han corrido la misma suerte. Los bomberos no han hecho gran cosa ya que cuando han llegado ya funcionaban los sumideros, pero en la foto se puede ver cómo estaba la casa del vecino que tenía más un de metro de agua, aún después de un buen rato de absorción.

Total, que mañana los medios de comunicación dirán —como siempre— que llovió pero no sirvió para incrementar las reservas de agua y yo diré que se perdió más agua limpiando que la que los pantanos pudieron recibir de la tormenta. Todo por una mala planificacion de desagues, tuberías y calles que la alcaldía sigue sin solucionar, después de más de 10 años.

Como curiosidad, yo habré rondado los 80 cubos de agua sacados de mi garaje durante la riada, después otros cuantos, pero si eramos 3 personas, a unos 80 cubos mi padre y unos 40 mi madre, son unos 200, a 8-10 litros por cubo 1600 litros podemos haber achicado durante la debacle, y el resto de vecinos, similar número.

Todas las fotos tienen licencia Creative Commons By (reconocimiento de autoría).